lunes, 6 de mayo de 2013

Chicas. boy a hacer unos cambios en mis novelas por que ultimamente estoy muy ocupada y no tengo tiempo para seguir todas mis novelas asi que voy a parar todas exepto 1. solo seguire una novela y cuando termine la que seguire boy a seguir otra y asi :). espero que me entiendan y ahorita les pongo el link de la nove que seguire :).

jueves, 14 de febrero de 2013

Chicas ...hasta ahi los capitulos. se que no son muchos pero hoy ise un maraton de 10 capitulos que eran los que faltaban para terminar la primera temporada mas otros capitulos de esa misma temporada de esta nove y con estos ya son muchos asi que alrato a mañana las sigo :)
Capitulo 9:


-¡No me toques! –dije.

Estaba en la habitación de benjamín. Aquel tipo William estaba sentado a lado de mi viéndome, realmente estaba muy incómoda. ¿Acaso William seria el nuevo benjamín? No, William según benjamín seria nuevo en su mundo. Nuevo en su mundo de mujeres, sexo, drogas y alcohol.

-¡Vamos tócala! –gritaba benjamín hacia William.
-Yo, no estoy seguro benjamín –dijo William- Creo que las mujeres son hermosas y no son solo para utilizarse

¡Dios alguien que me entendía! Le regale una sonrisa a William y hable sin producir ningún sonido ‘Gracias’ Benjamín nos observó, quito a William de su lugar y se colocó a mi lado.

-Observa te enseñare –dijo benjamín.
-Espera –dije- ¿Crees que soy tu juguete? No puedes hacer esto
-¿No puedo? –pregunto.

Solo sentí como mi mejilla ardía, no me lo había imaginado. Él me había golpeado, vi como William nos observó, cerró sus ojos desde aquel golpe y fue cuando supe que William solo era una víctima más de benjamín. Él estaba ahí a la fuerza. Metí mis dedos en mi boca, cuando los saque estos estaban empapados de sangre.

-¿Puedo o no puedo? –grito.

No hubo respuesta alguna de mi parte, solo agache mi cabeza y me quede callada. Sentí como paso su mano por mi cintura y coloco sus labios que ya eran un completo desagrado para mí en mi boca. Me recostó en la cama y subió encima de mí, vi a William como nos observaba y en su mirada podía ver algunos sentimientos de odio y tal vez asquerosidad por parte de benjamín.

-¿Lo ves? Ahora hazlo tú –dijo benjamín parándose de encima mío.
-Te dije que no –dijo William.

Vi como Benjamín miro con una mirada bravucona a William. Benjamín le tiro un golpe a William pero este ¿Lo detuvo? Ambos comenzaron a pelearse a golpes, podía ver como Benjamín estaba en el suelo en un par de segundos y me quedaba más que claro que William era mucho más fuerte que él.

-¿Estas bien? –Pregunto William dirigiéndose a mí- Lo siento, no se tu nombre
-____ –dije- Si gracias
-Vete ____, antes de que Benjamín se pare de nuevo –dijo.
-Muchas gracias enserio –dije.

Le agradecí a William, Salí de la habitación con miles de lágrimas que recorrían mis mejillas. Pude notar que aun salía un poco de sangre de mi boca, la escupí sin importarme en donde callera y seguí corriendo hacia ningún lugar en específico. Al final del pasillo pude ver una figura masculina, me detuve antes de llegar a ella y era a la persona que menos quería que estuviera en este momento: Baltazar.

-¡Espera ____! ¿Qué haces en la torre de los hombres? –Pregunto- Pensé que ya no venias aquí desde que Justin no está –dijo.

Desvié mi mirada de él y la dirigí hacia el piso.

-Estas… ¿Estas sangrando? –Pregunto, tomo mi mentón y lo vio con delicadeza- Estas sangrando –afirmo.
-Si –dije- Toda la gente sangra

Vio nuevamente mi mentón y hablo.

-Pero este es un golpe –dijo.
-Me golpee con la pared –dije.
-¿Fue Benjamín cierto? –pregunto.

Negué con mi cabeza y seguí caminando, estaba a punto de llegar a las escaleras cuando Baltazar tomo mi brazo y me volteo bruscamente hacia él.

-¡¿Fue Benjamín?! –grito.
-¡Sí! ¡Ya basta por favor! –Dije- Suéltame ¡Déjame sola!

Me solté de Baltazar y de nuevo millones de lágrimas recorrían mis mejillas. Baje las escaleras corriendo y sollozando. Varias personas me veían y solo observaban mientras susurraban con sus acompañantes. Unos minutos después llegue a mi habitación, entre a ella y cerré la puerta con toda la fuerza posible, me deje caer en cama y la única persona que me oía en este momento era mi cama, aquella que había pasado momentos irrepetibles.

-¿_____? –Una voz me interrumpió de mis lamentos- ¿Qué pasa? ¿Por qué lloras?
-Nada patrice –dije- déjame sola por favor
-¡Mírate! –dijo.

Se acercó hacia mí y saco de unos de sus cajones un poco de rollo. Se sentó en mi cama y levanto mi mentón para ver mis labios rotos y mi mejilla que estaba algo rasguñada.

-¡Santo dios! ¿Quién te hizo esto? –pregunto.

Cortó un poco de rollo y comenzó a quitar la sangre que tenía y la nueva que comenzaba a aparecer. Me senté en la cama y le agradecí a patrice que hiciera esto por mí.

-Solo me caí –dije.
-¿Por qué hay rasguños en tu mejilla? –pregunto.
-emm no lo sé –dije.
-¡Vamos! Puedes confiar en mí –dijo.

¿Confiar en ella? ¿Eso era posible? Termine por contarle todo desde el principio, desde la primera vez que llegue al internado hasta este momento. Ella solo negó con la cabeza y me abrazo. Necesitaba un abrazo como estos, un abrazo de una amistad pero ¿En verdad podía confiar en ella? 
Capitulo 8:


Las lágrimas comenzaron a salir, comenzaron a salir de felicidad. Estaba realmente feliz, me recargue en su pecho y sentí como su mano pasaba por mi cabello, el trataba de consolarme pero ¿Por qué? Después de unos segundos pare y seque poco a poco las lágrimas, mis ojos me dolían un poco y a decir verdad sin verlos sabía que estaban hinchados. Le di un beso tierno a Justin y luego tome su mano para continuar caminando a ningún lugar en específico. 

-Se hace tarde –dije- y comienza a darme hambre
-¿No has comido? –pregunto.
-Vine sin desayunar –dije.

Rasco un poco su cabeza y hablo nuevamente.

-Creo que el auto esta por aquí cerca y ahí tenía un poco de comida –dijo.
-Perfecto, ¿Cómo están jazy y tú madre? –pregunte.
-Jazy bien y mi madre pues… Aún un poco asustada por lo que paso –dijo.
-Estamos en las mismas –dije.
-Si bueno, eso creo –dijo Justin- Bueno platiquemos del bebe ¿Cómo se llamara?
-No lo sé –dije- solo se una cosa, será niña 
-¿Niña? Bueno, seguro será igual de hermosa que tú –dijo.

Me sonroje un poco y lo bese. Continuamos hablando y caminando hasta que llegamos a su auto, no estaba tan lejos de donde estábamos. Ambos entramos al auto y Justin comenzó a conducir. 

-¿A dónde vamos? –pregunte.
-Te llevare de regreso al internado –dijo- pero mientras toma –saco del asiento trasero un sándwich- Come 
-¿Tan rápido? –Pregunte- ¿Tú no regresaras? 
-No puedo –dijo- Si regresara aun así me correrían por no ir a clases 
-Pero…Pero ¿qué hare con esto? –Pregunte- El embarazo
-Vendré a visitarte una vez a la semana, vendrás conmigo cuando tu panza comience a crecer –dijo.
-Espera… ¿Solo una vez? –Pregunte- Es muy poco 
-Es por la seguridad de los 3 –dijo- Benjamín no me puede ver ¿El sigue ahí? –pregunto.
-Si –agache mi cabeza.
-¿No te ha hecho nada verdad? –pregunto.
-No, bueno… eso creo –dije.

Metí aquel sándwich a mi boca y lo devoré en menos de dos minutos. Justin y yo nos quedamos callados hasta llegar al internado. Me dejo a varios metros de la entrada, antes de salir del auto me acerque hacia él y lo bese, lo bese como si nunca en mi vida lo volvería a ver. Sonreí y hable.

-¿Cuándo vendrás nuevamente? –pregunte.
-Bueno hoy es sábado ¿Qué te parece el miércoles? –pregunto.
-Bien el miércoles –dije- ¿En dónde nos veremos? 
-En el árbol, tú sabes cual –dijo y me beso.
Le correspondí aquel beso y Salí del auto. Antes de salir completamente Justin tomo mi mano y saco su cabeza por la puerta.

-Por favor cuídate ¿sí? –Pregunto- No quiero más tragedias 
-Lo prometo… Adiós –dije.

Salí del auto por completo, tan solo vi a lo lejos a Justin alejarse junto con el auto para luego perderse de mi vista. Toque mi estómago y lo acaricie, camine unos pasos y llegue a la puerta del internado. Entre a él y camine por todas las escaleras y llegar a mi habitación. Cuando entre no había nadie, solo un sobre sobre mi cama. Lo tome, lo abrí y lo leí.

‘Lo siento mucho por lo que paso anoche, no sabía lo que pasaba por mi cabeza. Perdóname y prometo que no volverá a pasar lo ocurrido. Nos vemos en el comedor a la hora de la cena.

Te quiere: Baltazar’

Cerré la carta y la metí nuevamente al sobre. La eche en una cajonera debajo de toda mi ropa y me deje caer en la cama. Estaba algo cansada a decir verdad, Justin y yo caminamos mucho en el día y simplemente necesitaba tomar un poco de agua. Cerré mis ojos y tome un poco de fuerza para poder levantarme e ir al comedor por un poco de agua y digamos que comer algo más. Cuando llegue en una mesa se encontraba benjamín. Me miro, lo mire ¡Diablos! Me di media vuelta y me topé con un chico, alto, igual de fornido ¡Nunca lo había visto! Le quise dar la vuelta para cuando tomo mi muñeca y me llevo casi a fuerza hacia donde estaba benjamín. Me sentó justamente en frente de él y aquel chico cuyo nombre no sabía se sentó a mi lado. 

-Hola preciosa –toco mi mejilla y luego paso aquella caricia a mi cuello- ¿Cómo estás? –pregunto.
-Suéltame –dije- ¿Quién es este? –pregunte. 
-William –dijo aquel chico que tampoco era tan feo.
-¿Me puedo ir? –Pregunte- No estoy de ánimos 
-¿Ir? ¿A dónde? –Pregunto benjamín- Los tres nos quedaremos aquí 
-Eso piensas –dije.

Me pare de la silla, solo me pare para cuando aquel ‘William’ Me obligo a sentarme nuevamente. Mire a mi alrededor, no había nadie… Solo nosotros tres.

-¡¿Qué es lo que quieres?! –Pregunte- ¡Suéltame! –mire a William con odio pero este no me soltó.
-¿Ya te olvidaste de todo lo nuestro? –pregunto benjamín.
-¿Nuestro? –Reí irónica- Hace semanas intentaste matarme –dije. 
-Cambie de opinión –dijo.

Dio una última probada a su comida, se paró de la mesa y se dirigió hacia mí. 

-Vamos William –dijo- Ayúdame a llevarla a mi habitación 
Capitulo 7:


Di unos cuantos pasos más, estaba más cerca. Tome su mano y la entrelace con la mía. Sentí como mi corazón se aceleraba cada segundo más.

-¿Cómo sabias que estaría aquí? –pregunte.
-Yo…yo iba directo al internado para buscarte –dijo- Entonces…te vi –suspiro.
-¿Cómo sabes que te perdonare? –pregunte.

Tenía mi orgullo hasta la cabeza aun no sabía por qué. Solo quería que el sufriera tal como lo hice yo. Solté su mano y me di media vuelta nuevamente, un aire recorrió por debajo de mi ropa y salió de ella. Camine unos cuantos pasos para cuando Justin tomo mi hombro e hizo que me volteara.

-Por qué te amo y me amas –dijo.
-¿Estás seguro de eso? –pregunte.
-Más que seguro –dijo.

Tomo de mi cintura y me llevo hacia él. Beso mi cuello y luego mi boca ¡Dios! Como necesitaba esos besos nuevamente, aquellos besos que me hacían suspirar y que me llevaban hasta las nubes. Aquellos besos que eran más que perfectos y repletos de sentimientos. Me deje caer en sus brazos, solamente él y yo podíamos oír mis sollozos, lo necesitaba con todo mi ser. Lo necesitaba a mi lado el resto de mi vida, era la persona que más amaba en este mundo.

-Te amo ¡TE AMO! –grite.

No me importaba que alguien nos escuchara, solo quería decirle lo que sentía. El me abrazo, me tuvo en sus brazos unos minutos. Me solté en sus brazos a llorar, el solo acariciaba mi cabello y secaba aquellas lágrimas lentamente.

-Por favor perdóname por dejarte sola estas semanas –dijo- Prometo no volverlo a hacer
-¿Me lo prometes? –pregunte.
-Te lo prometo –dijo.

Nos hundimos en otro beso apasionado. Las horas iban pasando y ambos no salíamos del bosque, nos habíamos recostado bajo un gran árbol gigantesco que nos daba una sombra espectacular. El me demostraba su amor de una manera tan especial y tan única en este universo en el que solo existíamos él y yo.

-Justin… –pregunte.
-¿Si? –pregunto.
-Si tú… Si tú tuvieras la oportunidad de ser padre ¿Cómo te sentirías? –pregunte.
-Bueno… Pregunta ilógica –dijo- Pero, si tuviera la oportunidad de ser padre… me sentiría… bueno, primero que nada alegre y luego vería con que mantenernos ¿Por qué lo preguntas? –pregunto.
-¿Sigo comprometida con tigo? –Pregunte- ¿Nos casaremos?
-Es lo que más deseo en este momento –dijo.

Me quite de sus brazos, tome su mano. Di un gran suspiro y era hora de decirle que ambos esperábamos a una hija, esperábamos al regalo de nuestras vidas ¿Cómo reaccionaría? No lo sé, si él no quería mantenerla esta bien… con tan solo que la ame y le dé el cariño necesario. Él sabía que le diría algo así que se sentó y presto mucha atención.
-Justin yo… -di un gran suspiro, sentía algo en mi estómago… era preocupación- Estoy embara…Embarazada –por fin me atreví a decir.

Abrió sus ojos y luego rasco su cabeza. Se quedó pensativo unos segundos y luego contesto.

-Wow –dijo.
-¿Wow? ¿Es todo lo que tienes que decir? –pregunte.
-_____ yo… -interrumpí.
-Veo que no te intereso –dije.

Me pare del zacate, acomode un poco mi pelo y me di media vuelta. Le di la espalda a Justin y comencé a caminar sin rumbo alguno ya que el bosque era realmente gigantesco y no tenía ni la menor idea de donde estaba en este momento.

-Espera por favor –aquella voz de Justin a lo lejos.

Continúe caminando sin si quiera voltear. Sentí aquella mano en que toco mi hombro y luego mi cintura.

-Me gustaría tener un hijo –dijo.

Lo mire y me eche en sus brazos nuevamente. Mi vida cambiaria a partir de este momento, yo no sería la misma por el motivo de que un nuevo ser crece dentro de mí. No se cómo será en el futuro, no sé si yo tenga futuro. Estaba feliz porque Justin había aceptado todo y tenía temor a que no lo hiciera. Tenía un gran aprecio hacia él, lo amaba con todo mi ser, él era mi vida entera… Él era mi vida.

Capítulo 6: 




-Baltazar…Baltazar me duele –repetí.

Aquel dolor en mi estómago era suficiente para al menos poder desmayarme. Benjamín seguía en el internado, pero cada vez que lo veía me desviaba y simplemente no lo miraba a los ojos. Eso es lo que a él le gustaba que lo miraran a los ojos para poder hacerle la vida imposible a alguien. Baltazar y yo caminamos unos metros más hasta que llegamos a la enfermería. Ahí se encontraba un chico en una camilla. La enfermera vino hacia mí y hacia Baltazar, ambos me ayudaran a ponerme igualmente en una camilla.

-¿Qué le pasa? –pregunto la enfermera preguntándole a Baltazar.
-Se queja de dolor de estómago –dijo.

La enfermera se dirigió hacia unas pequeñas cajas y saco una tableta de pastillas.

-1 de estas cada 8 horas –dijo.

Baltazar asintió con la cabeza y me tomo de la mano. Salimos de la enfermería y fuimos hacia mi habitación. Patrice no se encontraba en ella, típico de patrice. Baltazar me puso delicadamente en la cama para luego sentarse el con migo. Saco una de aquellas pastillas de la caja, tomo un agua de un pequeño refrigerador que teníamos en la habitación y me las dios.

-Tómatelas –dijo.

Tome aquella pastilla y la dirigí a mi boca. Tome un poco de agua y la trague. Hice unas cuantas muecas, no me gustaba tomar pastillas pero esta vez me dolía mucho el estómago. Me recosté en la cama y Baltazar tomo mi mano.

-Me gusta estar con tigo –dijo- Tú… Tú crees la oportunidad de que estemos juntos de nuevo, como lo estábamos antes ¿No lo recuerdas? Éramos felices

¿Estar juntos? No quería mentirle, al único hombre que esperaba en este momento era a Justin. Era el único que me hacía falta en estos momentos. Baltazar era bueno con migo, muy bueno. Era uno de los mejores amigos que había conocido en toda mi vida o más bien, era él mejor amigo que podía tener.

-Baltazar es que… -interrumpió.

Tomo las muñecas de mis ambas manos y las apretó hacia la cama.

-Balt…Baltazar ¿Qué haces? –Pregunte- Suéltame, me lastimas
-Ya me canse de esperar y rogarte –dijo.

Apretó más mis manos. Intente zafarme pero era más que obvio que él era más fuerte que yo. Se inclinó hacia mí y nos unimos en un beso que tenía emociones pero no tantas. No tantas como yo esperaba, era lindo. Yo lo quería pero solo como un amigo. Se me hacía desagradable el besarlo, se me hacía un beso como había dicho, lindo pero seco a la vez. Sin amor alguno que ambos pudiéramos compartir. Después de unos segundos soltó mis manos, el seguía besándome.

Ahora que tenía mis manos sueltas tuve la oportunidad de zafarme de él. Lo empuje hacia atrás no con tanta fuerza, una vez que estuviera a unos centímetros de mí, mi mano golpeo su mejilla causando que esta se pusiera roja. Baltazar cubrió su mejilla con su mano y me miro a los ojos con una mirada de arrepentimiento y tristeza.

-¿Por qué lo hiciste? ¡Por qué rayos lo hiciste! –Pregunte, lo empuje más hacia atrás- Se supone que somos amigos –dije por fin.

Baltazar miro cada parte de la habitación. Se veía desconcentrado y se veía mal. Sacudió su pelo y hablo.

-____, yo… yo no sé cómo decírtelo más, te lo he dicho millones de veces, te amo. Quiero que seas mi novia, quiero que pienses en mí y que no pienses en Justin –dijo.
-¡Pero yo no Baltazar! ¡Entiéndelo! No me gustas, te quiero como amigo… Eso es todo, a la única persona que amo es a Justin ¡Entiéndelo! –grite.
-No importa –dijo- Te esperare y te seguiré rogando… hasta mañana

Tomo mi mano y dio un beso en ella. ¿Qué pretendía con eso? Baltazar salió de la habitación para cuando exactamente patrice venia entrando y le lanzo una mirada picarona. Baltazar la ignoro y siguió su camino. Patrice entro, quito sus zapatos y se sentó en su cama.

-¿Qué hacía Baltazar aquí? –pregunto.
-Nada… Vino a darme unas pastillas que tenía que tomar –dije.
-¿Ahora que tienes? –Pregunto- ¿Te estas volviendo loca? La habitación parece un hospital lleno de pastillas
-¡Que graciosa eh! –dije irónica.
-¿Qué hacía Baltazar aquí? –Pregunto- Es todo un… Un galán –dijo patrice mordiendo su labio.
-Claro patrice, ya te dije… Vino a darme una pastilla –dije.
-Los he visto muy juntos estos días, ustedes ¿Son algo? –pregunto.
-No –dije- Es solo mi amigo
-De acuerdo, más para mí –dijo.

Asentí con la cabeza y me deje caer nuevamente a la cama. El estómago aun me dolía, quería gritar pero no lo haría. Era un dolor como si me estuvieran apuñalando en él. Quede dormida, solo quería soñar en Justin. Era el único lugar donde podía verlo, podía sentirlo y podía besarlo.

Desperté a la mañana siguiente, el dolor de estómago se había quitado. Mire a mi alrededor, mire para afuera de la ventana y el día era perfecto. Un poco nublado, aire por doquier y las copas de los árboles se movían hacia todas direcciones. Era sábado por la mañana, un día totalmente perfecto. Patrice seguía dormida, me levante sin hacer ruido alguno, me cambie de ropa y me solté el cabello. Me puse unos tenis y Salí de la habitación. Por los pasillos no había absolutamente nadie, simplemente yo. Camine hacia la salida del internado, Salí al gran patio y me adentre en el bosque inmenso y obscuro repleto de árboles y hojas de árbol en el piso.

Camine, camine, era lo único que hacía. Pasaron horas y lo seguía haciendo. Mire mi reloj y daban las 3:45 pm. No había desayunado y no había comido y aun así no tenía hambre.

-Bridget –dijo.

Mire detrás mío, y ahí se encontraba el. Se encontraba el hombre de mis sueños y de mi vida. Se encontraba el hombre que había esperado por días enteros para que viniera. Tenía que controlarme, me voltee lentamente y di unos cuantos pasos hacia él. Quede al menos 1 metro de distancia de aquella persona que me hizo feliz.

-Justin –suspire.

Unas cuantas lágrimas salieron de sus ojos. Las seco y sacudió su cara con sus ambas manos.

-Perdo…Perdóname –dijo.
-¿Perdonarte? –Pregunte- Justin… Me dejaste sola
-No sabía que pasaba por mi mente –dijo- No quería tener problemas
-¿Problemas de qué tipo? –pregunte.

Unas lágrimas resbalaron por mis mejillas y llegaron a mi boca. Una logro entrar y pude sentirla, pude probarla, sabia a sal. No sabía qué hacer en este momento, no sabía si ignorarlo y dejarlo ir como él quería. No sabía si terminar de llegar hacia él, besarlo y acariciarlo. Sentir su piel al igual que sus labios cálidos.
 
narrador Omnisciente:
La incrédula _____ imaginaba un mundo dentro de su cabeza. Nunca le había pasado algo parecido, era la primera vez que todo era tan real. Ella nunca había muerto, ella aún se encontraba en el internado neverhood donde había conocido al hombre de sus sueños. Donde había pasado las cosas más horripilantes de su vida y donde había pasado cosas inolvidables con distintos hombres. La historia continua, una historia llena de fantasía, dolor y tristeza. Samantha, su futura hija aun no nacía o más bien no sabía si nacería. Ella no estaba lista para tener una hija a su temprana edad de 16 años. No estaba lista para dejar su vida pero… Ella no quería convertirse como era su madre haciendo que hiciera cosas peores. 

Narra _____:

Había quedado dormida con Baltazar en aquella habitación. Todos aquellos recuerdos e imágenes que ni yo misma podía aclarar abundaban en mi mente. No entendía como es que mi cerebro pude crear recuerdos tan importantes que me atormentaran aún más. Estábamos en aquella habitación en la enfermería del internado. Aun sentía en mi estómago aquellos cuchillazos que me había dado benjamín. Me dolían y habían comenzado a sangrar nuevamente. Sin importarme me levante cuidadosamente de la camilla, hice algunos gestos de dolor pues en verdad me dolía mucho. Por un momento me detuve ¿Cómo podía estar embarazada si benjamín me había acuchillado en el estómago? Él bebe hubiera muerto instantáneamente. 

-¿_____? –La voz de Baltazar sonó por la habitación- ¿Qué haces? ¡No puedes pararte! 
-Baltazar yo… -Caí al suelo- Baltazar me duele mucho el estómago, ayúdame

Cerré mis ojos unos segundos y cuando los abrí, vi a Baltazar tomándome por los brazos y llevándome hacia la camilla nuevamente. Una vez estando en ella me sentí realmente incomoda, no quería estar en este lugar. Solo quería estar en los brazos de Justin, besándome con él. Haciendo todo con él. Miles de recuerdos vinieron a mi mente, pero los sobrepase e intente no recordarlos. 

-___, estas sangrando de nuevo –Baltazar levanto mi blusa y luego negó con la cabeza- Tengo que hablar con la enfermera ¡No te muevas! Ahora regreso –dijo.

Salió de la habitación casi corriendo. Yo no había visto nada aun, me levante con un poco de esfuerzo en el abdomen, al ver este vi que habían cocido algunas aberturas pero estas estaban abiertas de nuevo. Pude notar que aun salía mucha más sangre, me dolía. Me dolía mucho. Cerraba mis ojos tratando de suprimir las lágrimas que salían de ellos. Después de unos segundos deje de sentir dolor alguno, unos cuantos mareos vinieron a mí provocando que mi vista se volviera un poco negra y como si hubiera dado miles de vueltas.

Varios minutos después la vista volvió a aparecer. Baltazar se encontraba tomando de mis brazos y a mi otro lado pude ver a la enfermera con una inyección en la mano. La acerco hacia mí y hablo.

-No te dolerá nada –susurro.

Aquella aguja fue entrando en mi piel, me dolía pero… Nuevamente aquella imagen negra vino a mí y quede profundamente sedada. 
‘Aquellas copas de los árboles se movían de un lado hacia otro. El cielo nocturno y gris no dejaba ver absolutamente nada. El aire que en verdad era fuerte podía arrasar todo lo que se le pusiera en frente. Salí de casa decidida a que lo encontraría, no me importaba si moría solo lo tenía que encontrar y tenerlo una buena vez en mis brazos. El aire estaba a punto de tirarme hacia atrás pero fui más fuerte, corrí hacia debajo de un árbol. Este se movía como un papel en un tornado. Era mi fin’

-Despertaste –sonrió Baltazar.
-¿Cuánto llevo dormida? –pregunte.
-Una hora tal vez, se te abrió lo que te habían cocido –dijo- pero ahora estas bien ¿Tienes hambre?
-No, no tengo hambre –dije- Quiero a Justin ¿Dónde está? –pregunte.
-Bueno ____, yo no sé dónde está el –dijo- Pero aquí estoy yo con tigo 
-Solo… Quiero ver a Justin –dije.

Los días iban pasando, había salido de la enfermería para ya tomar mis clases normales. Baltazar no se separaba de mí, él era un buen amigo y nada más. Extrañaba a Justin con todo mi ser, solo quería verlo y el simplemente no estaba por ningún lugar. Había llamado a su teléfono celular pero él no contestaba. Aún conservaba aquella carta, aquella carta en donde decía que no quería estar más con migo por motivos de seguridad para su familia. 

-Baltazar…-susurre, ambos nos encontrábamos en el patio delantero pues era un sábado por la mañana- Me duele el estomago
-¿Quieres ir a la enfermería? –pregunto parándonos ambos del piso.
-Si, en verdad me duele –dije.

Me ayudo a caminar hasta la enfermería. El estómago me dolía y aquel dolor había comenzado a recorrer hasta mi pecho. Me sentía debilitado pero a la vez me sentía normal.